Hoces del Rio Duraton, Segovia.
Hoces del Rio Duraton, Segovia.
"Yo quiero que a mí me entierren como a mis antepasados. En el vientre oscuro y fresco De una vasija de barro"
"De ti nací y a ti vuelvo, arcilla, vaso de barro. Con mi muerte vuelvo a ti, a tu polvo enamorado."
Los restos del antiguo conjunto monástico se encuentran en uno de los lugares más vistosos y visitados del Parque Natural de las Hoces del Río Duratón. Su ubicación, al borde del acantilado, permite apreciar la espectacularidad del cañón.
Para acceder a la ermita hay que atravesar un puente de piedra del siglo XVIII que salva una gran grieta en la roca, llamada “cuchillada de San Frutos”. Esta pequeña comunidad monacal dependía del Monasterio de Santo Domingo de Silos.
Junto con su Iglesia románica, consagrada en el año 1100 y colocada bajo la advocación de San frutos, patrón de Segovia, pueden recorrerse las ruinas del priorato; las estancias de los monjes, la cocina, el refectorio, etc.
En la parte exterior del conjunto y junto al ábside de la iglesia, se descubre un pequeño cementerio. Las tumbas talladas en la roca de aspecto antropomorfo deben situarse, cronológicamente, en los inicios de la Edad Media, anteriores al edificio románico.
A a izquierda la Ermita y ruinas del Priorato de San Frutos... El conjunto monacal se sitúa sobre uno de los meandros que forman las Hoces del río Duratón en el mismo corazón del parque del mismo nombre. Su ubicación, al borde del acantilado, permite apreciar óptimamente el cañón que forma el río Duratón y el remanso que se crea con el embalse de la cercana presa de Burgomillodo. La ermita es una construcción románica de siglo XII que se realizó sobre otra visigótica del siglo VII. La fundación se atribuye a San Frutos (642 - 715) y sus dos hermanos, San Valentín y Santa Engracia, que eligieron el lugar para dedicarse a la vida contemplativa. Posteriormente se completó el complejo con un monasterio y un cementerio.