El actual Pont del Petroli se inauguró en 1965 y fue abandonado en 1990. El muelle se convirtió, a partir de entonces, en una apreciada zona de submarinismo gracias al rico ecosistema submarino que se creó entre sus pilares. Sepias, algas, medusas, rayas y hasta caballitos de mar encontraron allí un lugar ideal en el que vivir.
En 2001, la empresa propietaria solicitó los permisos para derribar el puente y fue entonces cuando un colectivo de submarinistas y fotógrafos encabezados por el pastelero Josep Valls se movilizaron para conservarlo. Finalmente, el Ayuntamiento compró el puente en 2003 y, tras varia fases de restauración, lo abrió al público el 13 de junio de 2009.
En pocos años esta pasarela se ha convertido en un símbolo de la ciudad, apreciada tanto por los badaloneses como por los curiosos turistas que lo fotografían hasta la saciedad. Además de buscar la clásica postal de atardecer en el mar, se ha convertido en una tradición hacerse una foto con el mono de bronce que hay al inicio de la pasarela. Esta escultura, de más de 200kg, fue un regalo que la vecina fábrica de Anís del Mono ofreció a la ciudad en 2012.
Aunque hay puentes muy parecidos en Estados Unidos o Gran Bretaña, este es el único de su género que se conserva en nuestras costas. Y todo gracias a que el bueno de Josep Valls, cuya lucha se reconoce en una placa a la entrada de la pasarela, nunca tiró la toalla. La técnica. Un solo archivo RAW revelado con Aurora HDR y Photosop. Tripode y filtro Polarizador y ND 1000 Exposición de 60 segundos.