La zona de Munaypata, antiguamente conocida como el barrio de los yamparas, se encuentra en la parte alta de Sucre y es uno de los primeros asentamientos de clase popular que no fue planificado. Se caracteriza por sus callejones peatonales con nombre de felinos: Gato Blanco, Gato Negro, Gato Pardo, Gato Pendenciero y Gato Gris. Durante la Colonia, las calles de la ciudad tenían nombres que referían a ciertas particularidades reales que las diferenciaban de otras.
‘Seke Rancho’ y los gatos
Siguiendo el plano oficial de Sucre, que data de 1859, la estructura urbana no sufrió grandes modificaciones en relación a los siglos precedentes. La dirección de la economía estaba orientada hacia la explotación agrícola para satisfacer los mercados mineros y, consecuentemente, esto influía en la expansión de la ciudad.
“Uno de los pocos diseños urbanos no ortogonales, caprichosamente acomodados al terreno y que tendrían alguna relación con el asentamiento de Choquechacas, cuando llegaron los españoles y fundaron la villa de Charcas al pie del cerro Churuquella, es un villorrio que luego se denominaría ‘Seke Rancho’, donde el nombre de las calles peatonales alude de forma peculiar al color de las mascotas felinas que se criaban en la zona”, explica Analy Fuentes, licenciada en Turismo y gestora cultural.
De allí salen los nombres de Gato Blanco, Gato Negro, Gato Pardo o Gato Pendenciero, este último, el peligroso lugar donde se llevaban a cabo duelos y se resolvían rencillas.
Los planos oficiales revelan que Seke Rancho comenzó por estructurarse con la expansión de Sucre hacia el sureste, durante la primera mitad del siglo XIX. A este triángulo manzano que agrupa a la avenida del Ejército, la calle Polanco y la Topáter, se lo conoce como el “barrio de los gatos”.
“Tiene una atmósfera popular, con viviendas de una o dos plantas, predominantemente; con desniveles provenientes de la topografía natural, a manera de un asentamiento originario, al pie de la iglesia de La Recoleta, atravesado por la larga calle Torrelio y una escalinata transversal corta denominada Villazón”, acota Fuentes a ECOS. “El conjunto ciertamente evoca un aire de pueblito peatonal, con estrechas calles y un pintoresco paisaje urbano”.
Fuente: Revista ECOS, Correo del Sur, Sucre.